Comunidade Geraizeira Água Boa II, Rio Pardo de Minas - MG, 2018

Señor Lindemberg (86), un campesino vazanteiro, también es un cazador. Pero no practica la caza deportiva innecesaria e irresponsable, sino la cual le proporciona todo lo que come de su relación con el bosque y el río. En esta foto, Lindemberg nos mostró los escondites de sus instrumentos de defensa. No se llevaba bien con la ciudad cuando intentaba vivir con sus hijos. Lindemberg prefiere el campo y vive solo en su hogar-territorio que, dijo, ya ha sufrido varios intentos de invasión. Nuestra visita interrumpió su momento de televisión, pero la recepción fue cálida. Caminó con nosotros por el territorio, nos contó su trayectoria y nos mostró con gran pesar la sequía del río São Francisco. La situación del río le trajo lágrimas a los ojos, pero también muchos recuerdos y poesía. Señor Lindemberg también narró algunos cuentos que no se escribieron, que se mantuvo solo en su sano juicio para no olvidar. Me alegró registrar uno de ellos. Desafortunadamente, en 2019, Señor Lindemberg falleció haciendo lo que hacía a diario: cuidar el campo.

La cultura y la comunidad de San Francisco, así como de todo Brasil, pierden mucho. Pierden tanto que yo mismo no puedo decir cuánto, pero comparto las palabras de Zilah de Mattos - una mujer admirable que dedica su vida a la justicia en el campo actuando para la ​Comissão Pastoral da Terra (CPT) y que también tuve el placer de conocer - una amiga cercana de Lindemberg:

"¡ADIÓS, MAESTRO, AMIGO Y CONSEJERO!
Lindemberg Passos, 89, un campesino ribereño en el río São Francisco, en Manga, interior del Norte Mineiro. Una semana después de su resurrección, la nostalgia es intensa: dejó a los campesinos un gran legado, quien haya tenido la gracia y el privilegio de su compañía comprende su grandeza. En la tierra donde vivió durante décadas, fue un gran amante y guardián de la Madre Tierra y de la Hermana Naturaleza, como las llamó. En los campos, cultivó para él y los animales salvajes. Viviendo en el anonimato, era un gran sabio, poeta, repentista y profeta. Señor Lindemberg escribió y recitó, con el corazón y alma, la pasión, el amor, el respeto, el cuidado en defensa de la vida de la Hermana Naturaleza. Cuando lo vi buscar agua de Velho Chico, muchas veces lo vi llorar, lamentarse y clamar a Dios por justicia, pidiéndole que libere a nuestro padre Chicão de la codicia de los hombres... Con afecto, una mirada brillante y profunda de felicidad, siempre venía a darnos la bienvenida en el camino a su hogar. Recuerdo la última mirada de mi visita y las buenas prosas y enseñanzas ". (25 de agosto de 2019)


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