En el día de la retomada del territorio quilombola, hubo una gran celebración en Quilombo de Praia, con mucha alegría, comida, oración y rueda de samba. Pero, antes que nada, se hizo una gran rueda con todos los presentes, adultos y niños. En el centro, se colocaron varios artículos, hasta que se formó un gran acuerdo de lo que moviliza a la comunidad y simboliza la vida, la fe, la organización colectiva y la lucha. Había una azada, hoz, machete, botella de agua, coco, maíz, limón y varias fotografías.
En esta imagen, solo tenemos una parte importante de este todo. La tierra con arroz es el foco de la lucha porque hace posible la vida. La Biblia es la representación de la fe y la espiritualidad que aparece constantemente como un combustible para la lucha y la esperanza. Cualquiera que quiera conocer y comprender verdaderamente la diversidad dentro de Brasil, debe tomar en serio la dimensión de la religiosidad y la espiritualidad en sus diversas facetas y cruces en nuestra cultura.
Y aun así, la fotografía de Madre Piana, una persona mayor y extremadamente importante para la comunidad. En la cultura quilombola, las personas mayores tienen un papel destacado. No se los descarta como improductivos o inútiles, como suele ser el caso en la cultura capitalista occidental. No menos importante, Piana es evocada en el centro de la celebración. Crispiana Barbosa Lima, Madre Piana o Madre de Pegação, una mujer de 92 años, partera que trajo a sus manos a más de 2.000 personas al mundo.
En 2016, Madre Piana recibió la Medalla Maria da Cruz, un homenaje del gobernador de Minas Gerais a personalidades femeninas reconocidas por su valiosa contribución cultural, social y económica. En ese momento, Piana dijo: “En 1952 hice mi primer parto. Aprendí sola y he hecho más de 2 mil nacimientos desde que tenía 23 años. Nunca imaginé ver al gobernador aquí y recompensarme por este recuerdo de vida que tengo".
En esta imagen, solo tenemos una parte importante de este todo. La tierra con arroz es el foco de la lucha porque hace posible la vida. La Biblia es la representación de la fe y la espiritualidad que aparece constantemente como un combustible para la lucha y la esperanza. Cualquiera que quiera conocer y comprender verdaderamente la diversidad dentro de Brasil, debe tomar en serio la dimensión de la religiosidad y la espiritualidad en sus diversas facetas y cruces en nuestra cultura.
Y aun así, la fotografía de Madre Piana, una persona mayor y extremadamente importante para la comunidad. En la cultura quilombola, las personas mayores tienen un papel destacado. No se los descarta como improductivos o inútiles, como suele ser el caso en la cultura capitalista occidental. No menos importante, Piana es evocada en el centro de la celebración. Crispiana Barbosa Lima, Madre Piana o Madre de Pegação, una mujer de 92 años, partera que trajo a sus manos a más de 2.000 personas al mundo.
En 2016, Madre Piana recibió la Medalla Maria da Cruz, un homenaje del gobernador de Minas Gerais a personalidades femeninas reconocidas por su valiosa contribución cultural, social y económica. En ese momento, Piana dijo: “En 1952 hice mi primer parto. Aprendí sola y he hecho más de 2 mil nacimientos desde que tenía 23 años. Nunca imaginé ver al gobernador aquí y recompensarme por este recuerdo de vida que tengo".