Los hombres y mujeres quilombolas bendicen la Tierra durante una celebración por la reconquista de un territorio. Los que están físicamente en forma se arrodillan; los que no, extiendan sus manos:
"Te pedimos que seas fértil y próspera, amén".
Ese día, hubo mucha alegría, comida, música, oración y samba en rueda. Al final de las oraciones y del sonido de los tambores, llovió. No había llovido en esa tierra durante mucho tiempo, pero en ese momento llovió maravillosamente durante cinco minutos. Y se detuvo.
"Te pedimos que seas fértil y próspera, amén".
Ese día, hubo mucha alegría, comida, música, oración y samba en rueda. Al final de las oraciones y del sonido de los tambores, llovió. No había llovido en esa tierra durante mucho tiempo, pero en ese momento llovió maravillosamente durante cinco minutos. Y se detuvo.